DE LA ILUSIÓN A LA FRUSTRACIÓN
La compra de cachorros por internet es un peligro para los animales y suele acabar en decepción para los compradores. Cuando una persona o familia se decide por fin a tener un cachorro, debe tener muy en cuenta la procedencia de éste, su documentación y que la persona, empresa o asociación que nos lo consigue sea de absoluta confianza.
Esta semana os presentamos el caso de Budi, un cachorro de westy (West Highland White Terrier) que llegó a Palma desde Eslovaquia en muy malas condiciones de salud.
La familia de Budi no tenía ni idea en donde se metía al comprar un cachorro por Internet. Le aseguraron que el pequeño Westy estaba sano y con todos los papeles en regla. Cuando el pequeño animal llegó, la realidad era muy diferente. El cachorro estaba en un estado tan lamentable que a los pocos días de ser entregado por la empresa de transporte, falleció sin que la clínica veterinaria que lo atendió en primera instancia pudiera hacer nada por él.
La decepción y la frustración fueron enormes. La promesa de un pequeño westy a la hija menor si hacía el esfuerzo de mejorar sus notas quedó rota, y la pequeña, que por fin había conseguido dieces en casi todas sus asignaturas, estaba inconsolable. Después de varias gestiones, la empresa que les había vendido el cachorro les envió otro que probablemente era de la misma camada. Le llamaron Budi y llegó en las mismas condiciones que su hermano.
¡Budi estaba tan débil!, sufría deshidratación y no paraba de vomitar, también tenía diarrea y por eso decidieron traerlo al servicio de urgencias de la Clínica Veterinaria Son Dureta. En cuanto los profesionales de nuestra clínica vieron sus documentos y exploraron al cachorro se dieron cuenta de que estaban ante un de los muchísimos casos que por desgracia son tan frecuentes hoy en día: Un cachorro criado en muy malas condiciones, con documentación falsa, que había hecho un viaje desde Eslovaquia a Badajoz en un insalubre camión junto a cientos de otros cachorros en condiciones lamentables y después enviado a Palma. Por desgracia, en nuestro país, aun no está clara la línea que separa el tráfico ilegal de animales de las importaciones legales.
Antes de seguir investigando su documentación, Budi es llevado a la UCI (unidad de cuidados intensivos) de la Clínica Veterinaria Son Dureta y comienzan las pruebas. Los test realizados dan positivo en parvovirus (un virus especialmente grave en cachorros) y coronavirus, ambas infecciones afectan al aparato digestivo y se transmiten directamente entre individuos, sobre todo si están hacinados y en malas condiciones higiénicas. También se detectan parásitos intestinales y un desequilibrio de la flora intestinal. Pero por si esto no fuera suficiente, a Budi también se le detecta una traqueobronquitis infecciosa (tos de las perreras), un parásito sanguíneo y una otitis por ácaros.
Gracias a los análisis también se descubrió una anemia moderada (falta de glóbulos rojos), linfopenia (falta de glóbulos blancos) y una carencia importante de proteínas. Hasta aquí el primer diagnóstico que obliga a tratar a Budi con una transfusión urgente de plasma, fluidoterapia, analgésicos, antibióticos y nutrición parenteral ya que no tolera la alimentación sólida.
Mientras los primeros tratamientos hacen efecto, decidimos revisar más a fondo su documentación y descubrimos que la edad que indica su pasaporte es falsa, ya que según los documentos Budi es un cachorro de cuatro meses, mientras que su dentición y su tamaño nos indican, sin lugar a dudas, que no tiene más de dos. Ningún perro puede viajar con una edad inferior a los tres meses y además se necesita un certificado de importación del cual no había ni rastro. Estos cachorros y muchos de otras razas, así como otro tipo de animales, son criados con el único fin de obtener beneficios rápidos y despiadados. Se destetan con sólo tres o cuatro semanas (el mínimo deben ser ocho) son criados sin apenas alimentos sólidos, están malnutridos, el hacinamiento en jaulas y los largos viajes les producen estrés, infecciones víricas, parasitarias y una considerable bajada de defensas lo que se traduce en un agotamiento del organismo. La gran mayoría terminan ingresados en UCI con patologías tan graves que ponen en riesgo la supervivencia del cachorro y de hecho, muchos no consiguen superarlo, a lo que además hay que sumar el daño emocional y económico que supone para sus nuevas familias.
Budi seguía en la unidad de cuidados intensivos de la Clínica Veterinaria Son Dureta experimentando una ligera mejoría. Empezaba a comer por sí mismo cuando de repente sobrevino una recaída grave: Apenas podía respirar y sus mucosas estaban inusualmente pálidas. Se le hicieron nuevos análisis y la anemia moderada que padecía se había convertido en severa e inmunomediada (su propio organismo estaba destruyendo los glóbulos rojos que transportan el oxígeno a todo el organismo).
El parásito en sangre que se había detectado en el primer análisis (mycoplasma hemocanis) y que no se pudo tratar convenientemente, ya que el medicamento indicado sólo puede administrarse vía oral y Budi vomitaba cualquier líquido o sólido, estaba afectando gravísimamente a su organismo y se decide practicarle un transfusión sanguínea. Con eso y una nueva medicación, Budi por fin comenzó a mejorar definitivamente y al cabo de dos semanas de hospitalización ya pudo ir con su nueva familia.
El caso de este cachorro no es único. En las clínicas veterinarias nos encontramos a diario con casos parecidos que por desgracia acaban muchas veces en tragedia. El tráfico de animales de compañía es un hecho deplorable e ilegal que podemos evitar entre todos con algunas pequeñas pautas como por ejemplo desconfiar de precios bajos en razas que sabemos lo que cuestan normalmente. También podemos Intentar la adopción a través de la red de asociaciones animalistas y protectoras, las cuales garantizan los cuidados básicos de los animales. En caso de querer un animal de raza, dirigirse a los criadores autorizados y si es posible dentro de la misma comunidad para evitar viajes estresantes a los animales. Las compras de cachorros por Internet no son seguras y deberían evitarse.
Artículos relacionados para saber más:
Servicio de Urgencias 24h de la Clínica Veterinaria Son Dureta [ Leer + ]
No hay que dar la culpa a Internet. Internet es un medio y como todo medio hay que saber como utilizarlo y puede ser usado para bien o para mal. Se puede comprar perfectamente un cachorro por internet, pero hay que conocer a quien se le compra, si es un criador como toca e informarse bien.
Por ejemplo mi hermana compró haces unos meses precisamente un cachorro de westie a un criador de Madrid, lo encontró por internet y contactó con él. Mi hermana fua a buscar el cachorro personalmente a Madrid, por recomendación del propio criador, que ha tenido malas experincias con las compañias de transporte.
Por último desconfiar de criadores o vendedores de muy bajo precio. Estos seguro que no hacen las cosas como toca. El dicho de siempre, no hay que querer duros a cuatro pesetas.
Este articulo tiene una grave incongruencia. Al inicio decis que el cachorro falleció, y al final, que se fue con su familia…. ¿cual es la verdad?