PULGAS
Los parásitos externos ocupan una parte importante en los malestares de nuestras mascotas, provocando picores, transmitiéndoles enfermedades, provocándoles alergias, mal estar general con aspecto descuidado del pelaje y una situación desagradable en nuestro entorno.
Entre los parásitos más comunes se encuentran las pulgas que, por estas fechas veraniegas, proliferan debido a la climatología favorable por el aumento de las temperaturas y la humedad relativa. Usan nuestras mascotas alimentándose de su sangre diariamente para su desarrollo y multiplicación.
El clico de vida de una pulga comienza 2 días después de la llegada de la hembra a un huésped (perro o gato), poniendo los huevos (hasta 50 diarios) sobre nuestra mascota. Los huevos caen en su mayoría al medio, eclosionando cuando las condiciones son óptimas. En el momento de la eclosión salen las larvas que, durante pocas semanas conformarán las pupas y esperarán el momento óptimo para comenzar un nuevo ciclo como pulga adulta. Estos estadios se realizan cerca del animal hospedero (mascota) y tienen como media un tiempo de duración de 21 a 28 días, pudiendo alargarse en época de invierno hasta 140 días. La media de vida durante su etapa adulta es de 1 a 3 semanas aunque puede llegar a vivir hasta 160 días, necesitando de una ingesta diaria de sangre. La calefacción central, las moquetas, las camas, los muebles de tela y demás son condiciones favorables para el desarrollo de los diferentes estadios.
Otro dato a tener en cuenta es que solo el 5 % son pulgas adultas y pueden ser vistas en el animal o en sus alrededores, el resto estará en alguno de los estadios de desarrollo y están escondidas en las grietas, telas o los sitios oscuros del entorno. Por ello no solo debemos ceñirnos a la desparasitación externa del animal, también la higiene y desinfección de su entorno.
Entre los principales daños que pueden causar en nuestra mascota tenemos:
- El prurito (se rasca) provocando autolesiones, en zona sacra principalmente.
- Lesiones cutáneas con pelaje opaco y aspecto desaliñado.
- Respuesta inmunológica por alergia a la saliva de la pulga (principalmente en base de la cola). Estas reacciones alérgicas son muy frecuentes.
- Molestias en casa ya que en ciertos momentos pueden llegar a picarnos, principalmente a los niños, pudiendo provocar dermatitis
- Provocan afecciones secundarias como la parasitosis interna por tenias (dipylidium caninum) entre otras. Lo que provoca picores en el ano observándose en ocasiones el parásito en las heces, con un aspecto parecido a tiras de semillas de pepino.
Combatir la infestación por pulgas es muy difícil pero no imposible, solo debemos ser cautos y anticiparnos a un posible problema. Lo mejor es la prevención.
Las claves para evitar las infestaciones masivas de estos parásitos tan dañinos y molestos es tener unas pautas higiénicas en el hogar y en el entorno del animal (uso de aspiradora, desinfectantes, etc.) así como realizar desparasitaciones periódicas a la mascota y sus alrededores además mantener cuidado su pelaje, realizando baños periódicos y peinados cotidianos.
La lucha directa contra el parásito se realiza aplicando un tratamiento periódico al animal además de una limpieza de la zona donde acostumbra estar la mascota. En los centros veterinarios existen múltiples formas y modos de antiparasitarios, como las pipetas, pastillas, collares, baños u otros de uso para el hogar, todos de probada eficacia si es aplicado correctamente. Los veterinarios os pueden aconsejar cual
En resumen, haciendo un cálculo sencillo, una sola pulga es capaz de desencadenar una infestación dentro del hogar, si tenemos en cuenta que esta puede llegar a poner hasta 50 huevos diarios, lo que nos proporcionará una infestación en pocas semanas.
Una infestación, si no es detectada y atajada a tiempo con las disímiles estrategias antes relatadas (realizando actividades tan cotidianas como la limpieza de nuestro hogar, incorporando un mayor acicalado en nuestra mascota y una desparasitación reiterada) una vez que tenemos el problema dentro del hogar es difícil su erradicación siendo necesarios tratamientos diarios y semanales, hasta el punto de que podemos tardar meses en deshacernos de este molesto parásito.
Pero, si a pesar de haber tomado precauciones detectamos que recurrentemente nuestra mascota tiene pulgas, no dudemos en acudir al veterinario. No es recomendable que nosotros mismos apliquemos en casa baños antiparasitarios ya que o bien por exceso de dosificación o bien por el insecticida inadecuado que contienen, se pueden dar casos de intoxicación incluso con champús que se comercializan marcados como “aptos para perros y gatos”, no olvidándonos, además, que esos productos pueden ser tóxicos incluso para las personas principalmente para niños de corta edad. En la consulta veterinarias podrán valorar el método más adecuado para eliminarlas de nuestra mascota y del entorno.
En la lucha contra la pulga lo más importante es la prevención. Con el uso replicado de pipetas, pastillas y aerosoles rompemos el ciclo, esto unido a la higiene y desinfecciones del entorno de la mascota.